El masaje thai y la medicina energética

El masaje thai y la medicina energética: desbloqueando los “sen”

Masaje Thai: más que estiramientos

Cuando la gente piensa en el masaje Thai, lo primero que suele venir a la mente son estiramientos intensos, casi como una especie de “yoga pasivo”. Y sí, el trabajo con el cuerpo es profundo y activo, pero reducirlo solo a eso es quedarse muy corto. El masaje Thai, tal y como lo hemos aprendido tanto en España como en Asia, especialmente en mis años de formación en Corea, es una verdadera disciplina terapéutica que combina trabajo físico, energético y emocional. Es una medicina en movimiento.

El masaje Thai tiene más de 2.500 años de historia y sus raíces se entrelazan con la medicina tradicional tailandesa, el budismo y las influencias de la medicina ayurvédica de la India y la medicina china. Su creador legendario es Jivaka Kumar Bhaccha, médico personal de Buda, a quien se le atribuye el conocimiento de los canales energéticos y técnicas de manipulación corporal para sanar el cuerpo desde dentro.

A diferencia de otros tipos de masaje que trabajan sobre músculos de forma directa, el masaje Thai se basa en la idea de que la salud se mantiene cuando la energía vital —el “lom” para los tailandeses— fluye libremente por unos canales llamados sen. El terapeuta, entonces, no solo busca relajar o estirar, sino reequilibrar esa energía que conecta todo el cuerpo.

El vínculo entre cuerpo, mente y energía

Algo que me fascina del masaje Thai es que no separa lo físico de lo emocional o lo energético. Todo está conectado. A lo largo de mi carrera, he tratado a muchas personas que venían por un dolor de espalda, por ejemplo, y terminábamos trabajando un bloqueo energético relacionado con el estrés, la tristeza o la ansiedad acumulada.

He visto cómo, al liberar un punto de tensión en una línea sen, no solo se relaja una zona muscular, sino que cambia la respiración, mejora el estado anímico y hasta se suelta una emoción contenida. Eso es lo que convierte al masaje Thai en algo más profundo que una simple técnica manual: es una forma de escuchar al cuerpo desde dentro.

¿Qué son los “sen”?

Los sen son líneas o canales energéticos por donde fluye la energía vital, conocida en Tailandia como lom. Esta energía es la que mantiene en equilibrio todos los sistemas del cuerpo: físico, emocional y mental. Si un sen está bloqueado, la energía no circula correctamente, y eso puede manifestarse en forma de dolor, fatiga, insomnio, mal humor o incluso enfermedades.

Definición y comparación con los meridianos de la medicina china

Los sen son similares a los meridianos de la medicina tradicional china, pero no son exactamente iguales. Mientras que los meridianos están perfectamente definidos y localizados con precisión milimétrica, los sen se consideran trayectos más generales, caminos por donde fluye la energía, sin una delimitación tan estricta. En la tradición tailandesa, se reconocen diez líneas principales llamadas Sen Sib, aunque se habla de cientos de canales menores.

Por ejemplo, el Sen Sumana recorre el centro del cuerpo y está muy relacionado con el equilibrio del sistema digestivo y la respiración. Cuando trabajo con un paciente que sufre de ansiedad o tiene una respiración muy superficial, suelo aplicar presión y técnicas de balanceo en esta línea, y muchas veces noto cómo, poco a poco, su pecho se expande mejor y su diafragma empieza a moverse con más libertad.

Cómo se relacionan con el bienestar físico y emocional

El masaje Thai estimula los sen a través de presiones con los dedos, palmas, codos o incluso pies, junto con estiramientos que “abren” el cuerpo y liberan esos canales. Es una forma muy directa de influir en el sistema nervioso, pero también en el sistema energético.

Por eso, entender los sen no es solo una cuestión teórica. Es aprender a leer el cuerpo como un mapa, donde cada línea cuenta una historia, y cada presión puede liberar algo que llevaba tiempo atascado.

El papel de los “sen” en el masaje Thai

Los sen no solo son un concepto energético abstracto, sino que guían toda la estructura del masaje Thai. Son como los raíles por donde se desplaza nuestra intervención terapéutica. Desde el primer contacto, el terapeuta explora con las manos (y a veces con los pies o rodillas) para detectar dónde fluye bien la energía y dónde hay bloqueos. Y eso, en el cuerpo, se nota: tensión localizada, frío en ciertas zonas, piel menos elástica o incluso pequeñas contracturas que no responden a un masaje convencional.

Técnicas específicas para estimular los sen

Trabajar los sen implica una combinación de técnicas que van más allá del simple amasamiento muscular. Las más comunes son:

  • Presión rítmica con los pulgares, palmas o codos sobre las líneas energéticas.
  • Estiramientos asistidos, que abren las articulaciones y permiten que la energía fluya mejor.
  • Movimientos de balanceo que relajan el sistema nervioso y favorecen la circulación energética.
  • Compresiones sostenidas sobre puntos específicos del sen, que pueden desbloquear áreas congestionadas.

Por ejemplo, cuando un paciente llega con rigidez lumbar o ciática, suelo trabajar el Sen Kalathari, que recorre la parte externa de las piernas hasta las caderas. Con una secuencia de presiones profundas y estiramientos de apertura de cadera, consigo muchas veces que el paciente note un “clic” o una sensación de liberación, como si algo se soltara. Es una respuesta típica cuando el flujo energético se restablece.

Síntomas comunes de un desequilibrio energético

Un desequilibrio en los sen puede manifestarse de formas muy variadas. A diferencia de una contractura muscular clara, que suele tener una causa directa (esfuerzo físico, mala postura, golpe…), los bloqueos energéticos afectan a todo el sistema, y sus síntomas suelen ser más difusos, pero persistentes. Es como si algo no terminara de fluir bien por dentro.

Cansancio persistente, tensiones sin causa aparente, insomnio, etc.

Algunos de los síntomas más comunes que suelo ver en consulta incluyen:

  • Cansancio crónico, incluso después de descansar bien. El paciente siente que “le falta chispa”, como si se le escapara la energía sin motivo.
  • Tensiones musculares que no se explican por esfuerzo físico, especialmente en cuello, hombros, mandíbula o abdomen.
  • Insomnio o sueño poco reparador, con sensación de “mente activa” o intranquilidad interna.
  • Digestiones lentas o sensación de nudo en el estómago, sin problemas digestivos médicos aparentes.
  • Cambios emocionales: irritabilidad, tristeza repentina o sensación de bloqueo emocional sin motivo claro.
  • Frío localizado o falta de sensibilidad en ciertas zonas del cuerpo, especialmente en pies, manos o zona lumbar.

Estos síntomas muchas veces aparecen en personas que cuidan su alimentación, hacen ejercicio, incluso reciben masajes regularmente… pero aún así sienten que algo no termina de ir bien. En estos casos, la clave está en el sistema energético.

Cómo detectarlo desde la palpación y observación corporal

Con los años he aprendido a leer el cuerpo de una forma más sutil. No se trata solo de tocar músculos, sino de sentir la textura de la piel, la temperatura, la densidad del tejido y, sobre todo, observar cómo reacciona el cuerpo al contacto. Cuando un sen está bloqueado, suele haber zonas que:

  • Reaccionan con dolor desproporcionado ante una presión leve.
  • Tienen un tono muscular más duro o más flácido de lo normal, como si no hubiese conexión neuromuscular.
  • Se muestran insensibles o demasiado sensibles, lo que indica una alteración en el flujo energético.
  • No respiran: esto lo explico así a mis pacientes. Si una zona no se mueve, no responde al ritmo respiratorio general, es que algo está estancado.

También observo mucho la postura y el lenguaje corporal. Personas que cruzan siempre los brazos, que tensan constantemente el cuello o que caminan “hacia dentro” suelen reflejar bloqueos en sen clave. En estos casos, el trabajo no va solo al músculo, sino a desbloquear esa línea energética, poco a poco, con presión, movimiento y respiración.

Beneficios del desbloqueo energético a través del masaje

Cuando un sen vuelve a fluir con normalidad, el cuerpo lo nota de inmediato. No hablamos solo de aliviar una tensión puntual, sino de reactivar todo el sistema. El desbloqueo energético tiene un efecto en cadena: mejora la circulación, relaja el sistema nervioso, libera emociones retenidas y, en muchos casos, devuelve al cuerpo su capacidad natural de autorregularse.

Mejora de la circulación, movilidad y estado de ánimo

Uno de los primeros efectos que suelo observar tras un desbloqueo es un aumento del calor corporal. Zonas frías o tensas recuperan su temperatura natural, y eso indica que la sangre y la energía vuelven a circular bien. En muchos pacientes, esto se traduce en:

  • Mayor movilidad articular, sobre todo en zonas que parecían “atascadas” como caderas, cuello u hombros.
  • Disminución del dolor crónico, incluso cuando otras terapias no habían funcionado.
  • Relajación profunda, que muchas veces lleva al paciente a entrar en un estado de semiconsciencia durante la sesión (algo muy común en el masaje Thai).
  • Mejora del estado de ánimo, sensación de “ligereza” o claridad mental tras la sesión.
  • Sueño más profundo y reparador, sobre todo cuando desbloqueamos sen relacionados con el sistema nervioso.

Diferencias entre el masaje Thai tradicional y el enfoque occidental

Con la globalización, el masaje Thai ha viajado por todo el mundo… pero en ese viaje ha sufrido algunas adaptaciones, especialmente cuando se ha introducido en spas o centros de bienestar donde prima lo estético o lo relajante. Y aunque eso no está mal, a veces se pierde la esencia terapéutica y energética que tiene en su forma tradicional.

Adaptaciones modernas sin perder la esencia energética

En Tailandia, el masaje Thai se aplica en el suelo, sobre un futón, con ropa cómoda, sin aceites, y puede durar entre 60 y 120 minutos. El objetivo no es solo relajar, sino desbloquear los sen, movilizar las articulaciones, y restablecer el flujo energético. En cambio, en muchos centros occidentales se ofrece como un “masaje de estiramientos” o una especie de yoga asistido, donde se prioriza la técnica física pero se deja de lado la parte energética y respiratoria.

He visto versiones muy “adaptadas” donde se pierden elementos clave como la presión sobre puntos energéticos, el ritmo pausado, o el trabajo en profundidad de zonas internas como el abdomen o el diafragma, fundamentales para el equilibrio de los sen. Por eso, en mi práctica, siempre intento mantener esa conexión con la raíz: cada movimiento tiene un propósito, cada contacto busca escuchar el cuerpo.

Mi experiencia combinando Thai con osteopatía y masaje coreano

Durante mi formación en Corea y en España, aprendí a integrar técnicas orientales con principios de la osteopatía occidental. Eso me ha permitido leer el cuerpo desde varias perspectivas y adaptar el masaje Thai a cada persona sin perder su base energética.

Por ejemplo, en pacientes con bloqueos estructurales importantes, utilizo técnicas osteopáticas suaves para liberar una articulación antes de trabajar el sen que pasa por esa zona. O al revés: a veces comienzo por desbloquear un sen para que la estructura se relaje y permita una corrección más fácil. Es un enfoque doble: energía y mecánica trabajando juntas.

También uso técnicas del masaje coreano, como el chuna, que incorpora movimientos más dinámicos y manipulaciones articulares rítmicas. Esto me ayuda, por ejemplo, con pacientes que tienen un sistema nervioso muy activo y necesitan descargar no solo tensión física, sino también esa “hiperactividad interna” que tanto agota.

Lo bonito de esta combinación es que puedo personalizar cada sesión según lo que necesita el cuerpo en ese momento, sin dejar de lado ni la precisión técnica ni la profundidad energética. Y te aseguro que cuando se alinean estas dos visiones —la oriental y la occidental—, los resultados son mucho más completos.

El equilibrio como camino hacia el bienestar

El masaje Thai nos recuerda algo fundamental: el cuerpo no es solo un conjunto de músculos, huesos y órganos. Es también energía, respiración, emoción. Y cuando alguno de esos elementos se bloquea, el cuerpo entero lo nota. De ahí la importancia de trabajar desde un enfoque global, que no se limite solo a aliviar síntomas, sino que busque restaurar el equilibrio interior.

Escuchar al cuerpo y cuidar la energía vital

A lo largo de mi carrera, he visto cómo personas que vivían con dolor, fatiga o tensión crónica cambiaban radicalmente al reconectar con su energía vital. Pero para eso hace falta algo más que una buena técnica: hace falta escuchar al cuerpo. Y eso es algo que todos podemos aprender.

Tu cuerpo te habla constantemente: con un suspiro, con una rigidez al levantarte, con un dolor que aparece solo cuando estás estresado… El masaje Thai te ayuda a entender ese lenguaje, y a liberar lo que llevas dentro para que todo vuelva a fluir. Pero no hace falta esperar a una sesión para empezar a cuidar tus sen.

Recomendaciones para mantener los sen desbloqueados en casa

Aquí te dejo algunas prácticas sencillas que recomiendo a mis pacientes para mantener su energía equilibrada entre sesiones:

  • Respira profundamente cada día, al menos durante unos minutos. La respiración es la vía más directa para mover la energía estancada.
  • Haz estiramientos suaves, tipo yoga o movilidad consciente. No hace falta ser flexible, solo constante.
  • Masajea tus propios pies y abdomen con las manos o una pelota. Son zonas clave donde pasan muchos sen.
  • Evita acumular emociones sin expresarlas. Hablar, escribir o incluso llorar cuando lo necesitas, también libera energía.
  • Cuida tu descanso y alimentación. La energía vital se genera en lo básico, no en lo extraordinario.
  • Escucha tu cuerpo antes de que grite. Si hay una tensión que no se va, no la ignores: obsérvala, muévete, respira… y si necesitas ayuda, pide cita. En Quiroesencia te podemos asesorar en el tipo de sesiones que más se ajustan a tu cuerpo.

En Quiroesencia creemos que el equilibrio entre cuerpo y mente se cultiva día a día. Descubre cómo el masaje thai y la medicina energética cuidan tu cuerpo. Una técnica ancestral que combina estiramientos y presión.. Nuestro centro de masaje, osteopatía y yoga está ubicado en pleno corazón de Granada, a solo cinco minutos a pie de la Catedral.
Si buscas un espacio donde cuidarte, relajarte y reconectar contigo, estaremos encantados de recibirte.

 Quiroesencia – Masaje, Osteopatía y Yoga en Granada
Calle San Jeronimo 48, Granada, junto al centro histórico.

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