Masaje relajante o drenante?

Masaje relajante o masaje drenante: diferencias, beneficios y cuál elegir según tus necesidades. Cuando alguien me llama por primera vez para pedir un turno, una de las preguntas más comunes que recibo es: “¿Me conviene un masaje relajante o uno drenante?”  Y mi respuesta siempre empieza igual: depende de lo que tu cuerpo necesite en este momento.

Aunque ambos masajes se sienten suaves y placenteros, no tienen los mismos objetivos ni trabajan de la misma forma. El masaje relajante está pensado para calmar el sistema nervioso, liberar tensiones emocionales y musculares. En cambio, el masaje drenante (o drenaje linfático manual) se enfoca en estimular el sistema linfático para eliminar toxinas, reducir inflamación y mejorar la circulación.

Muchas veces, lo que uno cree que necesita no es lo que el cuerpo realmente está pidiendo. Me ha pasado de recibir personas con piernas pesadas que pensaban que lo suyo era estrés, o gente con ansiedad que venía por retención de líquidos. Y ahí es donde entra la escucha, tanto del terapeuta como del propio cuerpo.

En este artículo quiero ayudarte a entender bien la diferencia entre estos dos tipos de masaje, para que puedas tomar una decisión informada y amorosa con vos misma(o). Porque elegir bien no es un lujo: es el primer paso para sentirte mejor.

¿Qué es un masaje relajante?

El masaje relajante es como una caricia larga y profunda al sistema nervioso. Es una técnica que trabaja con movimientos lentos, envolventes y rítmicos, diseñados para inducir un estado de calma física, mental y emocional. No es un masaje doloroso, ni busca “sacar nudos” con fuerza. Al contrario, su fuerza está en la suavidad.

 Técnicas, ritmo y objetivos

En este tipo de masaje se utilizan maniobras como roces suaves, deslizamientos largos, amasamientos delicados y presiones moderadas que invitan al cuerpo a soltar tensiones.
Su objetivo principal es activar el sistema nervioso parasimpático, que es el que permite que el cuerpo descanse, repare y se recupere. Cuando este sistema se activa, bajan las pulsaciones, la respiración se vuelve profunda y el cuerpo entra en un estado de “seguridad”.

En palabras simples: es el masaje que te ayuda a bajar las revoluciones cuando venís con la mente acelerada o el cuerpo tenso.

 Cuándo conviene recibirlo

  • Cuando sentís mucho estrés o ansiedad
  • Si te cuesta dormir o estás mentalmente agotada/o
  • Si tenés contracturas leves causadas por tensión emocional
  • En momentos de duelo, cambios o agotamiento general
  • Como parte de una rutina de autocuidado y prevención

 Beneficios físicos, emocionales y energéticos

  • Alivia dolores leves y tensiones musculares
  • Mejora la calidad del sueño
  • Calma la mente y regula las emociones
  • Favorece la respiración profunda y el descanso
  • Armoniza la energía corporal (ideal si te sentís “cortada/o”, sin fuerza, dispersa/o)

¿Qué es un masaje drenante?

El masaje drenante, también conocido como drenaje linfático manual, es una técnica terapéutica muy suave que tiene como objetivo estimular el sistema linfático. ¿Y qué es eso? Un sistema que se encarga de eliminar toxinas, líquidos retenidos y residuos metabólicos del cuerpo.
Es como el servicio de limpieza interna del organismo, pero muchas veces se ve sobrecargado por el estrés, el sedentarismo, las cirugías o los cambios hormonales.

¿Qué es el sistema linfático y cómo lo estimulamos?

A diferencia del sistema sanguíneo, el linfático no tiene un “corazón” que lo bombee, así que depende del movimiento corporal, la respiración y, justamente, de estímulos externos como este tipo de masaje para funcionar bien.
El masaje drenante se realiza con movimientos lentos, repetitivos y siempre en la dirección del flujo linfático. No duele, no es profundo, y está lejos de lo que se conoce como un “masaje fuerte”.

Es una técnica muy específica que aprendí hace años, y te aseguro que cuando se hace bien, el cuerpo responde con una ligereza maravillosa.

Indicaciones más frecuentes

  • Retención de líquidos (piernas hinchadas, tobillos, abdomen)
  • Celulitis o piel de naranja
  • Post-operatorios (cirugías estéticas o tratamientos médicos)
  • Trastornos hormonales (menopausia, cambios por anticonceptivos, etc.)
  • Pesadez, sensación de “hinchazón generalizada”
  • Inmunidad baja o fatiga crónica

Sensaciones y efectos inmediatos

Después de una sesión de masaje drenante, muchas personas sienten:

  • Más liviandad en el cuerpo, especialmente en piernas y abdomen
  • Reducción visible de la hinchazón
  • Mayor claridad mental (sí, ¡también se limpia la niebla mental!)
  • Necesidad de orinar más (señal de que el cuerpo está eliminando lo que no necesita)

Recuerdo a Laura, una paciente que llegó con las piernas tan pesadas que le costaba dormir. Luego de tres sesiones, no solo se sentía más liviana, sino que también empezó a descansar mejor y a notar menos inflamación al final del día.

Principales diferencias entre masaje drenante y masaje relajante

Aunque desde afuera ambos pueden parecer similares —movimientos suaves, ritmo tranquilo, sensación placentera—, en realidad trabajan en niveles diferentes y con objetivos distintos. Y eso se nota tanto en la técnica como en los resultados.

Intensidad, ritmo y tipo de contacto

  • Masaje relajante:
    • Contacto envolvente, con presión media
    • Se trabaja todo el cuerpo de forma uniforme
    • Movimientos fluidos, como una ola que va y viene
    • Enfocado en relajar músculos y calmar la mente
  • Masaje drenante:
    • Toque muy superficial y específico
    • Se trabaja siguiendo el recorrido del sistema linfático
    • Movimientos repetitivos, con ritmo constante y dirección precisa
    • Enfocado en descongestionar líquidos y estimular la eliminación de toxinas

Objetivos terapéuticos

  • Masaje relajante:
    • Ideal para personas con estrés, ansiedad, insomnio, fatiga emocional
    • Ayuda a liberar tensiones musculares leves y equilibrar la energía
  • Masaje drenante:
    • Ideal para personas con inflamación, retención de líquidos, circulación lenta o postoperatorios
    • Favorece la eliminación de toxinas, mejora la inmunidad y reduce edemas

¿Se pueden combinar?

¡Sí, y de hecho es algo que hago con frecuencia!
Hay sesiones donde empiezo con técnicas relajantes para que el cuerpo suelte y se entregue, y luego incorporo drenaje en piernas o abdomen según la necesidad.

La clave está en personalizar cada sesión según lo que el cuerpo pida ese día.

Beneficios de combinar masaje relajante con drenaje linfático manual

  • Relajación profunda del sistema nervioso

El masaje relajante, con sus movimientos lentos, rítmicos y envolventes, induce un estado de calma que es ideal para personas con estrés, ansiedad o insomnio. Si a eso le sumamos el drenaje linfático manual, que trabaja directamente sobre el sistema linfático (vinculado al sistema nervioso autónomo), el efecto de relajación se profundiza aún más.

  • Estimula la eliminación de toxinas y líquidos retenidos

El drenaje linfático manual, al trabajar con maniobras suaves y superficiales siguiendo el recorrido natural de la linfa, ayuda al cuerpo a deshacerse de lo que ya no necesita: toxinas, edemas, inflamaciones sutiles.

Combinado con el masaje relajante (que también activa la circulación pero en una capa más profunda), se crea un circuito ideal: se mueve la sangre, se libera la linfa, se descongestiona el cuerpo.

  • Mejora de la circulación y oxigenación de los tejidos

Esta combinación promueve una circulación sanguínea más fluida, lo que se traduce en más oxígeno y nutrientes llegando a músculos, piel y órganos.

Resultado: piel más luminosa, músculos más sueltos, menos sensación de pesadez corporal.

  • Refuerza el sistema inmunológico

El sistema linfático es una parte clave de nuestras defensas. Al estimularlo manualmente, ayudamos al cuerpo a detectar y eliminar agentes patógenos de forma más eficiente.

Este beneficio no se ve, pero se siente: menos resfríos, mejor recuperación, más energía vital.

  • Ideal para estados de agotamiento físico y emocional

Muchas veces el cansancio no es muscular, sino emocional. El masaje relajante alivia el cuerpo, mientras que el drenaje linfático limpia lo acumulado “de adentro”. Juntos, generan un descanso integral que ayuda a recuperar el equilibrio cuando sentimos que estamos “pasadas de vueltas”.

  • Complemento ideal en procesos estéticos o terapéuticos

Esta combinación es perfecta para acompañar:

  • Tratamientos postoperatorios (siempre con aprobación médica).
  • Retención de líquidos por desbalances hormonales.
  • Pieles inflamadas o con celulitis.
  • Dolores musculares relacionados con el estrés.

¿Cuál es el indicado para vos?

A veces creemos que necesitamos relajarnos, pero el cuerpo está pidiendo eliminar toxinas. O al revés: sentimos pesadez en las piernas y pensamos que con “algo fuerte” se va a ir… y lo que en realidad necesitamos es un toque suave y consciente.

Por eso, más allá de la etiqueta del masaje, lo más importante es leer las señales que da tu cuerpo.

 Elegí masaje relajante si sentís:

  • Mucha ansiedad o estrés mental
  • Dolores musculares leves (no lesiones)
  • Sensación de “no parar la cabeza”
  • Problemas para dormir o descansar profundamente
  • Cambios emocionales (duelo, cambios grandes, irritabilidad)
  • Te cuesta “bajar un cambio”

 Elegí masaje drenante si notás:

  • Piernas hinchadas o pesadas, sobre todo al final del día
  • Sensación de retención de líquidos o abdomen inflamado
  • Cambios hormonales (menstruación, menopausia, anticonceptivos)
  • Recuperación postoperatoria (con indicación médica)
  • Celulitis o circulación lenta
  • Cansancio físico con pesadez, pero sin tensión muscular

 ¿Y si tengo un poco de todo?

¡No pasa nada! En ese caso, lo mejor es consultar y adaptar la sesión. Muchas veces combino ambas técnicas en una misma cita: por ejemplo, media hora de relajación en la parte superior del cuerpo y drenaje suave en piernas o abdomen.
Lo importante es no forzar el cuerpo, sino acompañarlo en lo que necesita ese día.

Escuchar el cuerpo es la clave

Muchas veces vivimos el cuerpo como una máquina que tiene que rendir. Solo nos detenemos cuando duele, se traba o se enferma. Pero el cuerpo no es un obstáculo, es un mensajero.
Y cada síntoma —desde la hinchazón hasta la ansiedad— es una forma en la que intenta hablarnos.

El masaje, ya sea drenante o relajante, es una oportunidad para bajar el volumen del mundo externo y subir el volumen de nuestra escucha interna.
No se trata solo de elegir entre una técnica u otra. Se trata de preguntarte: ¿Qué necesito hoy?
¿Calmar la mente? ¿Liberar el cuerpo? ¿Sentirme más liviana/o? ¿Soltar lo que me pesa por dentro?

No hay una opción mejor que la otra. Hay momentos, hay ciclos, hay señales. Si las sabés leer, el cuerpo se vuelve tu mejor guía.
Y siempre puedes consultar conmigo si no estás segura(o) y juntos podemos elegir qué camino es el mejor para tomar en cada momento específico.

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